viernes, 18 de junio de 2010

Nunca pensé que iba a ser tan difícil esperar atrás de una puerta a que salga alguien.
Paso a explicar la situación: él en un quirófano y yo esperándolo a que salga. Primero fue decepcionante llegar y no poder saludarlo por una razón de quince minutos, QUINCE, 15, q u i n c e minutos, Dios!, fue lo peor y después de dos horas... el dolor de panza me superaba, agregandole al rato pensar que me iba a estallar la cabeza del dolor. Acidez, dolor de espalda, de ovarios, SI! es todo psicológico, entonces, odio mi psiquis. Puede sonar un tanto exagerado pero cada minuto era más lento, y esperar cuatro horas y media fue horrible. Los mensajes de mi mamá que me daban ganas de llorar y la ansiedad por querer verlo pasar me superó. Repito, nunca pensé que iba a ser tan difícil esperar atrás de una puerta.
Fue un alivio verlo, aunque tengo su imagen sin color, como la de un muerto, pero está bien, y como siempre, es cuestión de esperar.... seguir esperando.
Todavía no entiendo por qué nos toca vivir todo esto, y peor para él, yo solo soy compañía pero bueno, son las vueltas de la vida y acá estamos, acá está más fuerte que nunca, superando todo, como siempre.

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